Descripción
EL MUNDO DEL MARKETING vive un momento convulso. La crisis económica ha presionado a las marcas, que ven reducidos sus presupuestos publicitarios. Sin embargo, el gran cambio no está allí, sino en la digitalización de casi todo: productos y servicios, canales, medios de comunicación, modelos de fijación de precios y, cómo no, el proceso de compra del cliente. Estos cambios han dado a las empresas un gran número de herramientas con las que competir, pero también han traído una gran confusión para algunas. Directores de marketing formados en estrategias y tácticas tradicionales dudan de si los pilares fundamentales que ellos habían aprendido se están tambaleando. Y todos estos cambios generan una cierta ansiedad en algunos directivos, que se preguntan si se volverán «obsoletos» y dejarán de ser competitivos en el mercado de trabajo.
QUIZÁ EN LA PRÁCTICA, y también en la academia, haga falta un poco más de cordura. Ni todo es igual, ni todo es distinto. Los vendedores de carne y hueso siguen existiendo, y hay que reclutarlos, formarlos, evaluarlos, supervisarlos y motivarlos. Seguimos comiendo pollo fresco, y, por tanto, siguen existiendo supermercados físicos y pollerías, rutas de camiones que los abastecen, y directivos que fijan los precios y promociones a diario. La televisión se está transformando, pero el «spot» televisivo sigue siendo el rey de la comunicación, y hasta exitosos «digital pure players» han decidido invertir fuertemente en televisión. Nos levantamos cada día y seguimos escuchando la radio en el atasco de siempre. Los Departamentos de Marketing y Ventas siguen peleándose por las mismas cosas. Les cuesta convencer al Director Financiero del ROI de sus acciones comerciales, como antes. Se sigue investigando al cliente haciendo «focus groups» y encuestas. El «trade» no ha dejado de ser relevante para las marcas; en algunos sectores, lo es más que nunca. Y los consultores y agencias hablan el mismo lenguaje de siempre, aunque vaya enriqueciéndose.